La piel es el órgano más grande del cuerpo (casi 2m²) representa 1/6 del total de nuestro peso corporal. Se trata de un órgano dinamico en continuo cambio (se renueva a diario (su renovación completa dura 28 días)

La estructura de la piel es compleja y consta de capas (estratos) superpuestas:

  • Epidermis: la más externa, es la barrera con el medio exterior. Nos protege de gérmenes, tóxicos y de la pérdida de líquidos. También de las radiaciones.
  • Dermis: la intermedia, amortigua golpes y evita efectos irritantes de agente externos.
  • Hipodermis: la interna, sirve de almohadilla y aislante.

La piel sana ejerce una función importantísima para nuestro organismo:

  • Protección frente a factores externos como gérmenes, sustancias químicas y radiaciones
  • Protección de músculos y fascia frente a golpes
  • Regulación de la temperatura corporal
  • Mantener el equilibrio de líquidos

La piel sana y carente de problemas es de color uniforme, textura lisa, bien hidratada y adecuadamente sensible al tacto, la presión y la temperatura. Cuando se altera la barrera natural de la piel su función protectora y su aspecto sano se ven comprometidos:

  • Pierde humedad y elasticidad y puede verse y percibirse reseca, áspera, agrietada y/o flácida.
  • Llega a ser cada vez más sensible a influencias externas (como el sol y los cambios térmicos) y es especialmente propensa a la infección.

Al conjunto de factores que afectan a la piel se les engloba en el término EXPOSOMA. Son factores genéticos y ambientales a los que está sometida la piel a lo largo de nuestra vida.

La piel dañada suele inflamarse, enrojecerse y calentarse, dado que las células inmunitarias inflamatorias se desplazan hacia la piel para tratar de reparar la barrera dañada y curar la infección. En caso de afectaciones como la dermatitis atópica o irritación del cuero cabelludo, a menudo es necesario aplicar un tratamiento especializado para romper el círculo vicioso de picazón persistente e infección posterior que ayuda e la restauración de la barrera natural de la piel.

La piel puede ejercer también un impacto significativo sobre nuestra autoestima..

LA EPIDERMIS

Nos centraremos en la capa más externa, la epidermis. Sólo la epidermis consta de estratos (filas ) de células epidérmicas (corneocitos) y podría subdividirse en 5 subcapas.

Está cubierta por una película hidrolipídica mantenida por las secreciones sudoríparas y sebáceas. Esta emulsión aporta la hidratación y lubricación que la hacen flexible.

El pH de la emulsión es ácido (5'4 - 5'9) y le aporta una protección extra frente a determinados gérmenes.

La hidratación es esencial para que la barrera de la piel se mantenga íntegra.

Los niveles de agua en esta capa deben estar entre un 10 y un 15% de tal forma que, si estos niveles bajan, nuestra piel puede deshidratarse.

La capa más externa, la epidermis, ejerce una función barrera que es crucial para el organismo:

  • Evita la entrada de sustancias externas como:
    • Gérmenes: Virus, bacterias, hongos, alérgenos.
    • Sustancias químicas perjudiciales (toxinas de gérmenes y tóxicos ambientales).
  • Daños por radiaciones:Deshidratación (conserva el agua impidiendo la pérdida de agua transdérmica)
    • Solares (visible e infrarrojo),
    • Luz azul (dispositivos electrónicos)

La epidermis se compone de:

  • Microbiota (flora cutánea saprófita)
  • Melanocitos (sintetizan melanina)
  • Queratina
  • Lípidos epidérmicos de cohesión (ceramidas)
  • Manto hidrolipídico: una emulsión de:
    • Fase acuosa o manto ácido: ácido láctico y aminoácidos fruto de la transpiración (glaádulas sudoríparas); y Factores de Hidratación Natural (FHN) fruto del proceso de queratinización.
    • Fase lipídica: ácidos grasos del sebo (glándulas sebáceas)

Para tener una piel saludable, es necesario proporcionarle agua con frecuencia, mantener el pH ácido y proteger la cohesión de la epidermis. 

El secreto para proteger nuestra barrera cutánea está, básicamente, en evitar los factores que la alteran. Para reforzar nuestra barrera natural, debemos llevar un estilo de vida saludable, hidratarnos muy bien y utilizar cosméticos adecuados que nos ayuden a potenciar esta función protectora.

Todas la pieles necesitan Sí o Sí una hidratante, es esencial para todas las pieles y todas las edades. La hidratación es fundamental para mantener la función barrera de la piel intacta, es una cuestión de salud.

Recuerda que es fundamental el uso de protección solar a diario en las zonas desprotegidas frente a los rayos solares. Los Rayos UV, además de dañar nuestra piel y ser una de las principales causas del envejecimiento prematuro (arrugas y manchas), debilitan la función barrera de nuestra piel.

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LOS 4 INGREDIENTES BASICOS PARA PROTEGER LA PIEL

EMOLIENTES

Son ingredientes que restauran y equilibran la barrera protectora natural porque:

  • Retienen agua: al evitar la pérdida transcutánea de líquidos, ayudan a mantener la hidratación de la piel.
  • Estimulan la síntesis natural de lípidos epidérmicos: nutren intensamente contribuyendo a su suavidad, flexibilidad y elasticidad natural.

Son sustancias que en los ingredientes reconocerás como: acido hialurónico, propilenglicol, sorbitol, glicerina, lanolina o aceites vegetales. Conseguirás una piel sin descamación, refrescada, sin rojeces ni tirantez.

Son especialmente importantes para pieles dañadas (atópicas, psoriasicas, secas o deshidratadas)

NUTRITIVOS

Son ingredientes que nutren y equilibran la barrera protectora natural porque:

  • Estimulan la síntesis natural de lípidos epidérmicos: nutren intensamente contribuyendo a su suavidad, flexibilidad y elasticidad natural.
  • Reparan los daños: favorecen la cicatrización y mantienen o restauran la cohesión del estrato córneo de la epidermis.

Son sustancias que en los ingredientes reconocerás como: colágeno, centella asiática, aloe vera, extractos de semillas, antioxidantes, péptidos, proteoglicanos o ceramidas. Conseguirás una piel firme, elástica, suave, sin tirantez ni tendencia a heridas.

Son especialmente importantes para pieles secas.

Son ingredientes que refuerzan la barrera protectora natural porque:

  • Nutren la microbiota beneficiosa de nuestra piel, favoreciendo su crecimiento.
  • Mantienen la microbiota natural evitando su desaparición y colonización de otros gérmenes infecciosos de la piel (hongos, bacterias, virus).

Son sustancias que en los ingredientes reconocer como: lisado de proteinas, fermentos, beta-glucanos.

Sus efectos no son visibles como tal, su función es evitar infecciones de la piel por gérmenes externos dañinos.

Se empiezan a incluir en cremas de venta en farmacia y son especialmente importantes y prioritarios en formulaciones destinadas al tratamiento de pieles dañadas (atópicas, psoriasicas, con rosácea)

Deciamos antes que el secreto para proteger nuestra epidermis es, básicamente, evitar los factores que la alteran, ¿entiendes ahora que insistamos en la importancia de protegerla del sol a diario?

Los Rayos UV:

  • Dañar las fibras de colágeno y elastina: los rayos UVA son una de las principales causas del envejecimiento prematuro (arrugas y manchas),
  • Deshidratan la epidermis por evaporación: los rayos UVB un factor de pérdida de agua transdérmica.
  • Debilitan la microbiota: los rayos UVC son un factor microbiocida que no nos interesa a nivel cutáneo.

Usar un protector solar de amplio espectro a diario te protege del envejecimiento prematuro y la aparición de manchas (que pueden derivar a otros problemas de salud importantes) y protege la función barrera de la piel expuesta a rayos solares.

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